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Aproximación al mercado brasileño

  • Foto del escritor: Enrique Pérez
    Enrique Pérez
  • 25 ene
  • 3 Min. de lectura

La economía brasileña en el mundo


La economía brasileña ocupa el 9º puesto mundial (2024), por detrás de EE. UU., China, Alemania, Japón, India, Reino Unido, Francia e Italia. De esta manera, supera (aunque con poco margen) a economías como la canadiense o la rusa.  


No obstante, la economía del gigante sudamericano ha pasado por tiempos tumultuosos, de los que todavía intenta recuperarse.


Entre los años 2004 y 2010 el PIB brasileño crecía de media un 4,5%. En aquel entonces, Brasil comenzaba a destacar como una potencia económica emergente. La elevada demanda internacional de materias primas y su precio permitieron aumentar los salarios y el acceso de las familias al crédito, lo que provocó gran interés de los inversores internacionales en Brasil. A partir de 2011 se inició un proceso de desaceleración económica, pero el crecimiento seguía siendo notable. Es en los años 2015 y 2016 cuando la economía brasileña no solo desacelera, sino que entra en recesión. Se pueden apuntar como principales motivos el descenso del precio de las materias primas, la desaceleración económica mundial y una política de austeridad fiscal. La reducción de la inversión pública durante el mandato de Dilma Rousseff y la disminución de créditos a las familias desaceleraron el consumo. Estas políticas de austeridad no solo afectaban a la inversión pública, sino que también desalentaban la inversión privada, lo que produjo un aumento de la tasa de desempleo y la contracción de la economía.


A pesar de que en 2017 la economía brasileña comienza a crecer lentamente, el país se enfrenta, actualmente, a desafíos estructurales que permanecieron enmascarados en las épocas de más crecimiento. Aunque en el periodo 2004-2014 el salario medio creció cerca de un 40%, la productividad lo hizo solamente un 20%. Así, la economía brasileña se enfrenta a un desafío de productividad (infraestructuras deficientes, complejo sistema tributario, baja innovación e insuficiente inversión).


Asimismo, es sobradamente conocido que el sistema educativo es un pilar fundamental para el crecimiento de un país. De acuerdo con numerosas investigaciones, la calidad de la educación está estrechamente relacionada con el crecimiento del PIB y lo cierto es que, Brasil, obtiene algunas de las peores calificaciones en los informes Pisa.


Ranking (Pisa) para el año 2022:

-            Matemáticas 64º

-            Ciencias 60º

-            Lectura 52º


Sin embargo, la economía brasileña cerró 2024 con datos mejores de los previstos. El número de desempleados cayó a niveles de 2012 y el PIB aumentó más de lo esperado, todo ello a pesar de medidas de contención del gasto y aumento de la desconfianza en la política fiscal, que está provocando la devaluación del Real R$.



El mercado brasileño


Brasil, con una población de 212 millones de habitantes (IBGE), es el 7º país más poblado del mundo. En clave española, las oportunidades comerciales con el gigante sudamericano son enormes, fundamentalmente en lo que se refiere a productos agroalimentarios (vino, jamón y otros embutidos, aceite de oliva) y de maquinaria de alto contenido tecnológico (fundamental para la modernización del país). En los últimos 5 años las exportaciones de España a Brasil han venido incrementándose, por lo que España se encuentra entre los 15 principales proveedores de Brasil, ocupando la 13ª posición. Con un valor de exportación de casi 4 mil millones de dólares en 2023, las exportaciones españolas se consolidan en Brasil.


Fuente: ITC


El mercado brasileño ofrece fortalezas y oportunidades para la empresa española, pero también una serie de amenazas y debilidades a las que tiene que hacerle frente.


Análisis DAFO del mercado brasileño:


Cultura de Negocios en Brasil, algunos aspectos:


Finalmente, es interesante señalar algunos aspectos que caracterizan las negociaciones comerciales en el país sudamericano.


  • La cultura empresarial se caracteriza por el establecimiento de vínculos personales, en los que la proximidad y el contacto generan un ambiente relajado e informal, aunque sofisticado. En la región sur del país el ambiente tiende a ser más formal.


  • Los procesos de negociación son lentos, dado que precisan de un establecimiento previo de confianza. Las técnicas de presión son contraproducentes.


  • La puntualidad es, en cierto modo, flexible. Las reuniones pueden no ajustarse a los tiempos previstos.


  • La lengua de negocios es el portugués.


  • Las redes sociales tienen una fuerte presencia en el mercado, es común establecer primeros contactos a través de Linkedin o Instagram.

 
 
 

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